Lo primero que te gustará de Myanmar es la amabilidad y hospitalidad de su gente. Un país sorprendente con una belleza sobrecogedora
que respira misticismo y espiritualidad, con asombrosas costumbres que te sacarán más de una sonrisa
y alguna que otra exclamación de sorpresa. Ver más
Abierto al turismo hace pocos años, Myanmar es un país que sorprenderá al viajero por su exotismo y su espiritualidad, su belleza sobrecogedora y sus paisajes imborrables.
El lago Inle es uno de los destinos más visitados de Myanmar. Rodeado de pueblos flotantes y de una enorme alfombra verde, todas las mañanas se ponen en marcha ruidosos y bulliciosos mercados donde los habitantes de los pueblos de alrededor consiguen lo que necesitan. Un espectáculo que no te puedes perder.
Y es que a cada paso te encontrarás una de estas monumentales construcciones, encargadas muchas de ellas por los más adinerados para encargarse de purificar sus pecados.
Son el centro social de Myanmar. Sus habitantes se reúnen en ellas sin distinción de clases, religión ni estatus social. Disfruta del dulce té del país sentado en unas características y pequeñas sillas que parecen de niño y aprende en estos pequeños comercios todo lo que necesitas saber sobre el país.
Llama a un camarero tirándole un beso, maquíllate con tanaka, una especie de pasta que mujeres y niños llevan en la cara como protector solar, atrévete a ponerte un longyi, los pantalones típicos de los birmanos, y cuidado al conducir, ya que los coches tienen el volante a la derecha ¡y conducen por la derecha!
Se te quedará marcado al finalizar tu viaje, Myanmar es uno de los países más amables de Asia. Ya sea debido a la reciente apertura de fronteras, ya sea por cualquier otro motivo, su gente siempre te recibirá con una sonrisa y estará dispuesta a ayudarte desinteresadamente.
Si quieres estar al día de las últimas novedades y recibir las mejores ofertas suscríbete a nuestro boletín. No enviaremos spam en ningún caso.