Descubrir un país nuevo o una ciudad desconocida suele ser una actividad llena de emociones y diversión: adentrarse en una cultura distinta, aprender las costumbres locales y acercarse a la herencia artística de cada rincón forma parte del patrimonio común de los viajeros. Pero también son muchos los que, a la hora de viajar, buscan el incentivo de la adrenalina y de la acción, de la llamada a la aventura. Para ellos tenemos preparadas muchas opciones por toda Asia con las que, además de profundizar en el conocimiento del destino que se visita, pueden dar rienda suelta a toda su energía.
Si queremos aunar aventura y naturaleza, nada mejor que comenzar en Tailandia visitando a los tigres de Pattaya en el Parque de Vida Salvaje, donde se puede contemplar a estas fieras en su ambiente natural. También es muy recomendable el safari nocturno que nos ofrece Singapur, en el que podremos ver la vida animal en mitad de la jungla con la luna como testigo.
Ver nacer a las pequeñas tortugas en Kuantan, Malasia es una experiencia que no por ser tranquila posee menos sabor aventurero. Probablemente sea la manera perfecta de ser testigos de un emocionante acontecimiento natural en plena noche.
Pero si queremos algo un poco más salvaje, nada como lo que nos ofrece Tailandia con una visita a la granja de cocodrilos de Bangkok o pasando un rato buceando entre tiburones en Phuket. Y sin salirnos del país, podemos hacer senderismo a lomos de un gigantesco elefante en Ko Chang y sentirnos como un auténtico Indiana Jones.
Una sensación que también nos la puede ofrecer Camboya si hacemos una excursión al río de los Mil Lingas. Hacer una visita cultural puede sonar, en principio, muy lejos de ser una actividad arriesgada. Pero si nos acercamos al patrimonio cultural de nuestro destino en un globo aerostático o en un helicóptero como podemos hacer en Siem Reap, Camboya, seguro que tendremos una experiencia inolvidable, aunque no sea muy recomendable si se le tiene miedo a las alturas.
De igual modo, conocer Bali, Indonesia, sobre el rugido del motor de una Harley es lo mejor para dar rienda suelta al amante de la velocidad que llevamos dentro mientras disfrutamos de unos paisajes de ensueño.
Los más deportistas también pueden realizar ejercicio al aire libre, en plena naturaleza, sin renunciar a las emociones fuertes. Para ello nada mejor que caminar cerca de las copas de los árboles por plataformas y lanzándonos en liana en Koh Chang, en Chonburi o en Chiang Mai. Navegar en canoa en Krabi visitando algunas impresionantes cuevas también es una opción recomendable, pero nada como hacer senderismo en mitad de un volcán en Manila, Filipinas, practicar rafting entre los rápidos del río Ayung en Bali, Indonesia para sentir la adrenalina fluyendo por nuestro sistema.
Aunque si queremos vivir una experiencia impactante podemos visitar los suburbios de Bombay o bien hacernos una idea fiel a la realidad sobre lo duros que fueron los combates durante la Guerra de Vietnam adentrándonos en los túneles de Cu Chi, en los que los combatientes preparaban emboscadas, almacenaban armamento e incluso cuidaban a sus heridos.
Asia se muestra así no sólo como un lugar rico en gastronomía, cultura y folclore, sino como el destino perfecto para vivir grandes emociones.
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