Los 4 destinos de la Ruta de la Seda en un viaje a Uzbekistán

14/06/2021

Es imposible viajar a Uzbekistán y no conocer los maravillosos lugares que marcaron la historia del país, al formar parte de la Ruta de la Seda. De hecho, Uzbekistán es actualmente uno de los lugares más conocidos de este recorrido comercial que conectaba Asia con Europa, establecido en el año 130 a.C., aunque, con el paso del tiempo, se convirtió también en un punto de encuentro de filósofos, estudiantes, científicos y hasta de diferentes religiones.

La Ruta de la Seda dejó a su paso muchísimos elementos históricos, como, por ejemplo, las ciudades en el desierto, las fortalezas en ruinas, las madrasas y los enormes bazares. Por lo tanto, si estás pensando viajar a Uzbekistán, es imprescindible visitar los cuatro principales puntos de la ruta comercial más conocida de todos los tiempos: Tashkent, Samarkanda, Bukhara y Khiva.

 

Tashkent, el punto de partida 

 

Tashkent es el punto de inicio de la Ruta de la Seda en Uzbekistán y, aunque no es una ciudad tan turística como el resto, merece la pena dedicar un día del viaje a descubrir tanto su parte antigua como la moderna. En su área histórica destaca el complejo arquitectónico de Hasti Imam, una joya compuesta por dos mezquitas, un mausoleo y una madrasa. Dentro de ésta última -denominada Barak-Khan- se encuentra custodiado el “Corán de Usman”, el más antiguo del planeta, original del siglo VII.

 

 

Por otro lado, la parte más cosmopolita de Tashkent fue renovada en 1966 después de que un terrible terremoto destruyera gran parte del lugar. Para su remodelación, se mantuvo el estilo soviético que predomina en la ciudad y se diseñaron tres plazas conmemorativas que representan las diferentes etapas de la historia del país: la Plaza de la Independencia y la Eternidad, la Plaza de la Ópera y Ballet y la Plaza Amir Temur.

 

 

 

Samarkanda, una de las joyas de la Ruta de la Seda 

 

Se trata de la ciudad más importante del país, por lo que visitarla es imprescindible al viajar a Uzbekistán. Samarkanda fue la capital del Imperio Timúrida (1336-1405) y su relevancia histórica se ve reflejada en diferentes monumentos, como por ejemplo en el Gur-e-Amir, el mausoleo dedicado al gran emperador Tarmandán, que muchos lo consideran el reflejo del Taj Mahal de la India

 

 

Por otra parte, uno de los lugares más impresionantes de Asia Central es el Registán, una plaza que en la actualidad tiene diferentes madrasas, pero que en la antigüedad albergaba el bazar más importante de la época medieval, precisamente el punto más relevante de la Ruta de La Seda, donde se cruzaban los caminos de cada comerciante.

 

 

Por último, cabe destacar que en Samarkanda se encuentra una de las mezquitas más grandes del mundo: la Mezquita de Bibi-Khanym. Está ubicada junto al Registán y su construcción es conmovedora, dado que tiene una cúpula gigantesca y está cubierta de azulejos y ornamentos. Además, una curiosidad que más llama la atención de esta joya arquitectónica es que fue financiada con el botín obtenido de India en la época del Imperio Timúrida

 

 

Bukhara: una parada obligatoria si vas a viajar a Uzbekistán 

 

Uno de los consejos para viajar a Uzbekistán más habituales es visitar Bukhara, ya que se trata de una de las ciudades más bellas, asombrosas y sagradas de la Ruta de la Seda, de gran importancia para la religión islámica. 

Lo cierto es que Bukhara sorprende sobre todo por el magnífico estado de conservación de su casco histórico, haciendo sentir a los visitantes que están dando un paseo por la época medieval. En este sentido, uno de los elementos que más asombra a los turistas es el complejo del Poi Kalon, que incluye una madrasa, una mezquita y un minarete gigantesco. Se trata de un ejemplo de arte y arquitectura islámica espectacular, pero, además, esconde una leyenda popular que afirma que cuando Gengis Khan arrasaba Asia Central de camino a Europa, el único edificio que no destruyó fue el minarete que custodia el recinto.

 

 

La construcción más antigua de Bukhara es la Ciudadela Fortificada Ark, la residencia de los emires desde 1785 hasta 1920, cuando fue bombardeada por el ejército ruso. En este lugar también se puede conocer la vida de la gente que antiguamente levantó su hogar a lo largo de la Ruta de la Seda en los primeros años de comercio. 

 

 

Por último, aunque todas las ciudades de Uzbekistán tienen bazares increíbles, ninguno de ellos es capaz de transportar al viajero hasta la antigua Ruta de la Seda como lo hacen los de Bukhara. Y es que, en esta ciudad predomina una red de mercados conectados entre ellos, destacando el Taki-Sarrafon -el bazar de los intercambios-, el Taki-Telpak Furushon -el bazar de los sombrereros- y el Taki-Zargaron -el bazar de los joyeros-.

 

 

 

La sorprendente ciudad de Khiva 

 

El último punto de visita obligada al viajar a Uzbekistán y conocer la Ruta de la Seda es la pequeña pero hermosa Khiva, ubicada entre dos desiertos. Esta ciudad se divide en dos partes, por un lado, la Dichan-Kala, que se encuentra fuera de la zona amurallada, y, por otro, la Itchan-Kala, la zona interior. Concretamente, el área histórica y la más turística es la que se encuentra dentro de la muralla.

 

 

Khiva era una fuerte potencia comercial y fue prosperando como parte de la Ruta de la Seda después del año 1592, cuando el país la convirtió en su capital. Visitar esta ciudad resulta fundamental para conocer la importancia del recorrido, puesto que los comerciantes que llegaban hasta ella atravesaban enormes desiertos y territorios inhóspitos para poder llevar a cabo sus transacciones. 

 

 

Uno de los atractivos más importantes de Khiva es el minarete Kalta Minor, como representación de la época dorada de la Ruta de la Seda. Fue construido en 1851 por Mohammed Amin Khan, aunque nunca se llegó a terminar por culpa de su prematura muerte; de haber finalizado su construcción, su altura hubiese alcanzado a ver Bukhara. 

 

 

Uzbekistán es un lugar sorprendente que esconde impresionantes maravillas históricas de la Ruta de la Seda, puesto que fue uno de los puntos neurálgicos donde se conectaban varios recorridos que atravesaban el país y el continente. A día de hoy, se trata de un país con un pasado histórico, religioso y cultural de lo más enriquecedor que transportará a la época medieval a cualquier persona que llegue hasta allí. Si deseas conocer la Ruta de la Seda, desde Destinos Asiáticos, especialistas en viajes a Uzbekistán, podemos ayudarte a organizar tu próximo viaje. 

 

Otros artículos que te pueden interesar