¿Cuál es tu santuario o templo japonés favorito? ¡Averígualo!

10/08/2022

Japón tiene en la religión un baluarte cultural sin igual, y es que la cultura japonesa no se entiende sin el misticismo y sin la influencia de las dos principales religiones imperantes en el territorio nipón: budismo y sintoísmo. 

Los templos y santuarios japoneses representan lugares de culto y son un símbolo de cómo una sociedad, que vive siempre con un pie en el futuro, no deja de respetar y cuidar sus costumbres más ancestrales. Escoger dentro de la multitud de templos en Japón es una misión muy difícil, pero vamos a intentarlo hablando de algunos de los enclaves más destacados que ofrece el país del Sol Naciente. ¡Descubre tu lugar de culto japonés favorito!

 

Kiyomizudera, templo japonés del agua pura

 

Majestuosa infraestructura religiosa en Kioto que sin duda alguna está dentro de los grandes templos en Japón. Desde 1994 forma parte de la lista de sitios Patrimonio Mundial de la UNESCO en el grupo “Monumentos Históricos de la Antigua Kioto”.

 

Templo Kiyomizudera

 

Su nombre significa literalmente “templo del agua”. Su fundación data del año 780, en el periodo Heian, y se edificó en las colinas de Higashiyama, al este de Kioto. Su nombre tiene su origen en las aguas puras procedentes de la cascada de Otowa, inmediaciones donde se levantó el templo.

Una de las zonas más destacadas de este complejo es su balcón, ubicado a 13 metros de la ladera que se sustenta en un entramado de vigas de madera sin clavos. Sus vistas son un reclamo maravilloso y es que la explosión de color que se produce en las inmediaciones en primavera, con el cerezo en flor, y en otoño, con el enrojecimiento de los arces, son estampas que no se borran de la memoria. ¡Simplemente espectacular!

Este mirador en el templo de Kiyomizudera es el origen de una expresión muy conocida en el país nipón que es “saltar del balcón de Kiyomizudera”. Significa que se ha cumplido un deseo. Los orígenes de esta expresión se remontan al periodo de Edo, cuando se decía que el superviviente de haber saltado desde esa altura vería cómo su sueño se haría realidad. Vamos a quedarnos con el sentido figurado de la expresión y que nadie intente nada extraño en este maravilloso balcón.

 

Sensoji, símbolo en Tokio de los templos en Japón

 

Es el templo budista más antiguo de Tokio y está incrustado en el barrio de Asakusa. Como la gran mayoría de templos en Japón tiene detrás un origen legendario. En el año 628, dos hermanos se toparon con una estatua dorada de Kannon, la deidad de la misericordia, en el río Sumida mientras pescaban. Aunque la volvieron a ubicar en el agua, esta regresaba a ellos. 

Este suceso místico no pasó desapercibido para el jefe de la entonces aldea de Asakusa, que apostó por convertir su propia casa en un santuario. La primera construcción del templo Sensoji se terminó en el año 645. Durante siglos su importancia religiosa fue creciendo hasta que no pudo sobrevivir a los ataques aéreos de la Segunda Guerra Mundial. Fue reconstruido y ahora es un símbolo de renacimiento y paz en Japón. 

 

Templo Sensoji

 

En este complejo destacan dos puertas principales (Kaminarimon y Hozomon), una pagoda de cinco pisos, la sala principal y varios templos de menor tamaño. En el salón principal se dice que todavía se encuentra la estatua de Kannon que descubrieron los pescadores, pero también se cuenta que como brillaba tanto la tuvieron que enterrar y no se puede ver. ¡No te pierdas esta leyenda!

 

Templo Todaiji, ¡una estructura de récord!

 

Es el templo japonés budista más importante de la ciudad de Nara, cerca de Kioto. Tiene más de 1250 años de antigüedad. Una de las características que más llama la atención de esta estructura religiosa es que está en el libro Guinness de los récords, por ser el edificio de madera más grande del mundo. Alberga una estatua de bronce de 14,98 metros del Buda Vairocana. Es majestuoso y tiene un peso de 500 toneladas.

Lo primero con lo que se topa el viajero cuando visita el templo Todaiji es la imponente puerta de Nandaimon de 28 metros de altura, que además está flanqueada por dos majestuosos protectores de nueve metros de alto. Los guardianes y este impresionante acceso, forman parte desde 2005 del selecto club de Tesoros Nacionales de Japón. 

 

Templo Todaiji

 

Las sorpresas en esta visita están a la orden del día y una muy agradable es cruzarse con la divertida visita de los ciervos del parque de Nara. Estos animales buscan la comida de los turistas. Antes de llegar, podrás ver que se venden en muchos puestos galletas de arroz, una delicia que gusta mucho a estos mensajeros de las deidades, según se explica el sintoísmo, y es muy típico poder alimentarlos con ellas.   

 

Santuario Toshogu en Nikko, ¡conócelo!

 

Tokugawa Ieyasu fue un señor de la guerra al que se le considera como uno de los unificadores de Japón y el santuario Nikko Toshogu está consagrado para él. 

Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa que gobernó Japón durante 250 años hasta 1868, yace en este complejo a modo de mausoleo. Sufrió varias ampliaciones hasta convertirse en lo que actualmente es, uno de los lugares de interés más destacados en un viaje a Japón organizado.

 

Templo Toshogu

 

Hay una docena de edificios ubicados en el bosque y están decorados con unas impresionantes figuras talladas de madera y multitud de láminas de oro. ¡Un espectáculo para los sentidos! Llama la atención que aparezcan motivos budistas y sintoístas, pero no es extraño debido a que durante una época era común en Japón hasta que el sintoísmo fue separado del budismo. 

 

Itsukushima, ¡no te pierdas este santuario en Japón!

 

Santuario sintoísta famoso por su gran puerta torii que parece flotar en el mar. El complejo ha sufrido muchas reconstrucciones por el desgaste de los siglos, pero hay una estimación que apunta a que su año de construcción es el 593. 

Está dedicado a los dioses protectores de las guerras y de las catástrofes del mar. Lo que el viajero puede observar hoy es una reconstrucción financiada por el señor de la guerra Taira No Kiyomori (1118-1181). 

Sin duda alguna, la gran puerta torii es uno de los principales reclamos de este complejo y representa uno de los sitios más queridos y fotografiados de Japón. Se sitúa a 200 metros del santuario principal sobre el mar y desde 2016 es Patrimonio Mundial de la UNESCO. 

 

Santuario Itshukushima

 

Esta impresionante puerta está construida con madera de alcanfor japonés y cedro, mide 16 metros de altura y, desde su construcción, ha sido renovada 8 veces, datando la actual de 1875. Los 6 pilares sobre los que se apoyan sus 60 toneladas la hacen resistente a terremotos y tifones. ¡Una auténtica maravilla!

Elegir el mejor templo japonés es una aventura de grandes dimensiones, por lo que se aconseja visitar Japón y elegir en persona el que más te guste de tu viaje. ¡No te los pierdas! 

 

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