Xian es una de esas ciudades de China que no puede faltar en una visita al gigante asiático, siendo una ciudad importante históricamente (fue una de las ancestrales capitales chinas) y turísticamente, sobre todo desde el hallazgo de los guerreros de terracota en 1976, uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia.
Lo bueno de esta ciudad es que, a pesar de la afluencia de viajeros mantiene sus tradiciones intactas, me recordó mucho a ciudades japonesas como Kyoto y Nara, con las que está hermanada. Simplemente dando un paseo por ella nos encontraremos lugares sorprendentes, como la Torre de la campana, uno de los símbolos de la ciudad.
Si sois gente de altas miras, siempre podéis descubrir la ciudad desde otras alturas, subiendo a lo alto de la Pagoda del Ganso Salvaje (véase la imagen del principio del artículo) o pasear en bicicleta (o en tándem) sobre la muralla que rodea la ciudad, desde donde podréis observar un atardecer mágico…
En conclusión, Xian, no es un Shanghai de edificios altos y acristalados, pero es definitivamente una ciudad mágica, llena de belleza que merece ser descubierta en todo su esplendor.
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