7107 islas forman el archipiélago filipino. Su variedad de playas es impresionante, todas ellas exóticos lugares de arena blanca y agua cristalina. Sus atolones de playas vírgenes no se quedan atrás, y en ellos podrás disfrutar de una espectacular vida marina.
A cualquier sitio que vayas podrás encontrar un micrófono y a alguien dando rienda suelta a su instinto musical. No importa si afinas o no, lo importante es disfrutar a cualquier hora del día y en cualquier lugar, sea cubierto o en plena calle.
Si te gusta la aventura, no te pierdas los senderos entre arrozales repartidos en la isla de Luzón. Un lugar perfecto para practicar trekking y descubrir la multitud de tribus indígenas que habitan en sus tierras.
No sólo por la amabilidad de su gente, allí todo el mundo te sonríe y te saluda por la calle al pasar. También por su pasado: recordemos que Filipinas fue una cultura española durante más de 300 años. Puedes encontrarte sin darte cuenta en un pueblo llamado Getafe, Murcia, Sevilla o Toledo, eso sí, versión filipina.
Piérdete entre más de mil montes ovalados cubiertos de vegetación, los cuales en la estación seca se vuelven marrones por falta de agua. De ahí su semejanza con el chocolate. Declaradas patrimonio de la humanidad, parecen sacadas de un cuento de hadas.
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