Una de los lugares imprescindibles de la región de Kanto, en términos de atractivos turísticos, es Hakone. No sólo es un punto muy frecuentado por visitantes extranjeros, sino que, muchos japoneses, sobre todo de Tokio, eligen Hakone como lugar de esparcimiento, tanto por su innegable belleza como, sobre todo, por las aguas termales de Hakone – llamanos onsen – que son enormemente apreciadas desde hace muchísimos años. Desde Hakone se pueden obtener unas espectaculares vistas del monte Fuji si el clima lo permite, lo que también se erige como un destacado reclamo, tanto para foráneos como para oriundos de Japón.
El conjunto que forman el monte Fuji, Hakone e Izu, configuran un Parque Nacional que puede hacer las delicias de cualquiera, además de ofrecer muchas alternativas para desarrollar actividades al aire libre como el senderismo, por ejemplo, con variadas y excelentes rutas. En una zona montañosa plagada de matices, posibilidades y perspectivas diferentes, la experiencia de conocer de cerca Hakone puede marcar la diferencia entre unas vacaciones excelentes y para recordar siempre.
¿Qué ver en Hakone?
Hakone cuenta con cinco zonas diferenciadas que, a su vez, tienen diversos atractivos que es conveniente explorar: Hakone-Yumoto, Gora, Owakudani, Moto-Hakone y Hakone-Machi.
En Hakone-Yumoto puede pasearse por la calle comercial e indagar por sus tiendas de souvenirs y recuerdos así como probar los diversos platos típicos de la gastronomía del lugar – sobre todo los fideos soba, que son la especialidad –. También es muy placentero pasear a orillas del río Sukumo y disfrutar del tranquilo ambiente y de la naturaleza que rodea la zona, o disfrutar de los beneficios de las aguas termales de un ryokan u «hotel» tradicional especializado en servicios relacionados con estos baños medicinales.
Moto-Hakone está próxima a la costa, y allí, te aconsejamos que visites la zona de Sainokawara con sus esculturas de buda o el santuario Hakone, además de admirar el lago Ashi Komainu, donde destaca el característico torii rojo que sirve de «Puerta de la Paz» del santuario de Hakone-jinja. Cerca de Moto-Hakone, en Hakone-Machi, también puedes acercarte al Parque Imperial de Hakone y al Palacio del mismo nombre, que fue la residencia de verano del emperador Meiji.
Gora es una de las zonas más conocidas de Hakone. Probablemente por el Museo al Aire Libre, sus museos MOA Bijutsukan y Museo de Arte POLA – en el que se exhibe la colección privada de Suzuki Tsuneshu -, el Museo de Cristal Veneciano o por su famoso funicular. O por una combinación de todo lo anterior. El teleférico te dejará en Owakudani, uno de los puntos más turísticos de Hakone.
¿Los motivos? Se trata de un punto genial desde el que ver el monte Fuji, y además, cuenta con una hermosísima e irreal zona volcánica que emana vapores sulfurosos. Quizás esta actividad volcánica ha hecho que el agua de la zona – como en toda Hakone – se considere con propiedades beneficiosas e incluso sagradas. Con las aguas de Owakudani los viajeros se lavan las manos – no es agua potable – para solicitar a los dioses una larga vida.