Chiang Mai es una de una de las ciudades más importantes de Tailandia, capital oficiosa del norte, la ciudad es la segunda en tamaño después de Bangkok. Su riqueza patrimonial y folclórica es la herencia de haber sido uno de los enclaves de más peso en las antiguas rutas comerciales, lo que la situó como epicentro no sólo comercial, sino también de la vida cultural, productiva y artística.
Una de las características más apreciadas de Chiang Mai es ser uno de los centros de artesanía más importantes de Tailandia. Las habilidosas manos de su gente han cultivado desde hace siglos la joyería, la escultura y la orfebrería, además de ser grandes tejedores. Detalles que se pueden comprobar in situ realizando, por ejemplo, una excursión a las aldeas artesanas, lo que le permitirá ser testigo de la finura del trabajo de las jóvenes confeccionando parasoles de colores (producto por el que la región es muy conocida), de los meticulosos trabajadores de la plata o de los escultores de teca. Sin olvidarnos de conocer el proceso de elaboración de la seda, desde el gusano hasta el tejido.
Además, la situación de esta localidad en la ribera del río Ping ofrece un entorno natural de una gran opulencia en lo que a flora y vida salvaje se refiere. Célebre es su campamento de elefantes y también lo son los paisajes que rodean a la metrópolis donde se pueden contemplar lagos, grandes áreas de jungla virgen y una buena cantidad de especies de aves exóticas que hacen las delicias de los amantes de la Madre Tierra. Existen maneras muy originales y divertidas de apreciar el patrimonio natural de la zona, como sobrevolar en globo la jungla o hacer senderismo por ella a lomos de un hermoso elefante. Aunque los más aventureros pueden dar rienda suelta a su adrenalina desplazándose por las plataformas y lianas situadas en lo alto de la jungla, cerca de las copas de los árboles.
Pero si hay algo que no hay que perderse al visitar Chiang Mai son sus templos budistas. Santuarios como el Wat Chiang Man, el más antiguo de la región que exhibe algunas de las esculturas de Buda más importantes del país, el Wat Phra Singh, ejemplo de la grandeza de la arquitectura norteña tailandesa o el Wat Suan Dok, lugar único por tener una disposición inusual en este tipo de lugares sagrados.
En definitiva, una ciudad que ofrece múltiples posibilidades para satisfacer las ansias de aventura y cultura de los viajeros más exigentes.