Thailandia. La agitada vida de Bangkok. El contraste de la capital con las tranquilas playas del sur del país. Y el misticismo de las construcciones religiosas de las localidades del interior, en medio de kilómetros de selva y naturaleza. Sin embargo, el territorio thai apuesta ahora también por otro tipo de turismo.
Con las posibilidades que ofrece contar con esos reductos más propios del paraíso donde la arena de la playa olvida su color cobrizo y toma el aspecto del blanco más puro y el agua cuenta con un aspecto más propio del cristal, la moda que se está empezando a hacer un pequeño hueco en la oferta de ocio son las vacaciones de rehabilitación. Es decir, que además de gozar de playas y/o naturaleza también se busca someterse a distintos tratamientos para combatir problemas de salud.
Si ya existía una incipiente oferta del turismo de salud, ahora se refuerza. Desde grandes ejecutivos que sufren en sus carnes la merma por su elevado ritmo de vida hasta dolencias crónicas son el público al que se dirigen estos resorts que cada vez cobran mayor importancia. Las instalaciones cuentan con todo tipo de comodidades y se ubican en espacios únicos, donde se percibe la calma a primera vista. El ocio se combina con la supervisión de los médicos de los tratamientos.
La oferta se ha diversificado: centros antiestrés, centros de pérdida de peso y otros centros para tratar otras dolencias han ido apareciendo mientras el Gobierno refuerza este sector que parece que se desarrollará mucho más en las próximas temporadas.