Elefantes que bailan y tocan la armónica; juegan al futból y al voleibol; pintan y dan masajes. Cuesta pensar que este gran mamífero sea tan ágil e inteligente, pero así lo demuestra en el espectáculo del Mae Ping Elephant Village en el norte de Tailandia. Este campamento se creó en 1996 con el objetivo de proporcionar a elefantes y sus cuidadores una oportunidad de sobrevivir. Actualmente 70 elefantes y sus cuidadores viven en este campamento, que además beneficia a 150 familias de la zona que venden banano, caña de azúcar y bambú para la alimentación de los elefantes.
El campamento se sitúa a 60 kilómentros de Chiang Mai en plena naturaleza: en medio de la selva y el río, un ambiente idóneo para los 70 elefantes que viven en el Mae Ping Elephant Village. En la actualidad sólo existen dos tipos de elefantes en el mundo, el elefante africano y el elefante asiático. En Tailandia, los elefantes (denominados Chang) han tenido un papel fundamental en la historia y en la religión. La imagen del elefante aparecía en la bandera del país, además fue el vehículo utilizado por el Rey de Tailandia para librar batallas y proteger a su pueblo y siempre ha sido utilizado como animal para trabajos pesados. A pesar de eso, para los tailandeses el elefante es un animal sagrado y por ello hay muchas tradiciones que demuestran el carácter noble y respetable de este gran mamífero. Tal es la importancia del elefante en la sociedad tailandesa, que cada uno de ellos cuenta con un mahout: un cuidador que está unido al animal durante toda su vida y es responsable de su alimentación, higiene y salud.
El visitante del Mae Ping Elephant Village podrá disfrutar en unas cuidadas instalaciones en plena naturaleza de un espectáculo a cargo de los elefantes, en los que demuestran sus distintas habilidades musicales, deportivas y creativas, que dejarán boquiabierto al público. Pero sin duda la actividad que más emocionará es el inolvidable paseo a lomos del elefante a través de la selva durante un hora.
Además de las actividades con estos grandes mamíferos, el visitante puede hacer rafting por el río Ping sobre balsas de bambú y experimentar un viaje en carreta de bueyes, el transporte que utilizaban los tailandeses hasta hace años. Una experiencia que el viajero al norte de Tailandia no debe perderse.