Los cinco platos más extraños de Asia

21/05/2014

El continente asiático es tan extenso y diferente a Occidente que podemos encontrar peculiaridades prácticamente en todas las facetas de la vida. La gastronomía no podía ser una excepción. Aunque por todos es más que conocida la fama de las cocinas japonesas, chinas, indias o tailandesas (por citar sólo algunos países célebres por su arte culinario), Asia también proporcionará sorpresas hasta al gurmet más versado en materia gastronómica:

 

Gusanos de seda: Sí, este simpático bichillo que en España se suele criar por los más pequeños alimentándolos de hoja de morera para que completen su metamorfosis a mariposa, es un alimento típico en Corea del Sur. Los gusanos se empanan en harina y se fríen en aceite de palma para acompañarlos con una salsa agridulce.

 

1

 

Sangre de serpiente: En Tailandia se hace un licor con la sangre de estos reptiles que es de lo más apreciado. La King Cobra es usada para extraerle la sangre y mezclarla con diversos brebajes alcohólicos,  poción que se supone que aumenta la virilidad y tiene mágicos poderes curativos. Este producto está cada vez más perseguido por el Gobierno, ya que la King Cobra es una especie protegida, pero se puede encontrar en el mercado negro. Aunque por el bien de estos animales, esperamos que nadie pruebe una bebida que no es precisamente un manjar y sí una mera superstición.

 

2

 

Huevos centenarios: Acúsennos de tener prejuicios, pero estos huevos no tienen un aspecto precisamente apetecible, aunque son un verdadero manjar en China. Eso sí, descuiden del nombre: No son huevos centenarios, sino que han sido macerados en hierbas aromáticas (con la cáscara puesta) y sumergidos durante unos meses en un medio alcalino (de barro, cal viva, cenizas, etc.) para que se cuezan cobrando ese aspecto negruzco. Su sabor podría definirse como cercano al de un queso fuerte.

 

3

 

Tarántula frita: En Camboya, la tarántula frita es uno de los mayores manjares que se puede uno llevar a la boca. De hecho, suele costar cuatro veces más que una langosta del mismo tamaño. Esto se debe a que no es nada fácil encontrarlas y a que poseen un veneno que hace su captura un poco peligrosa. Su textura es crujiente y su sabor se suele comparar con un pollo o un bacalao un poco soso.

 

5

 

Fugu: Dónde sino en Japón sería considerado un manjar el pez que contiene el veneno más potente del planeta. La temida tetrodotoxina puede provocar una catalepsia profunda, disminuyendo las constantes vitales, de tal modo que un médico podría certificar la muerte de alguien intoxicado, pero que en realidad no está muerto. El comensal envenenado padecerá una parálisis general, pero sin caer inconsciente, por lo que poco a poco se irá asfixiando siendo consciente del proceso en todo momento, pero sin poder hacer nada por evitarlo ni avisar de que aún está vivo. Probablemente, una de las peores muertes que se puedan experimentar.

Sin embargo es todo un manjar para los nipones, cuyos cocineros tardan años en estar preparados para ser considerados chef de Fugu y obtener la licencia, ya que el más mínimo fallo (no haber limpiado bien la sangre que suelta el pez de la tabla en la que se prepara, por ejemplo, y que la carne se contamine mínimamente con ella puede ser determinante. Dependiendo de la cantidad de veneno ingerida, te puedes recuperar en 24 horas con respiración asistida o puedes morir en menos de 6 horas.

 

4

 

Ni que decir tiene que es un manjar totalmente prohibido (por ley) para el emperador de Japón. En cuanto a su sabor, muchos occidentales que lo han probado suelen comentar que… no es para tanto. Cuestión de gustos.

 

 

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