Singapur es una isla y ciudad-estado muy densamente poblado (4.200 personas por kilómetro cuadrado) en la que conviven la cultura china, indonesia e india y en la que también se siente la influencia de Oriente Medio. Quizás esta mezcla de diferentes orígenes es lo que hace tan atractiva para el viajero la oferta de festejos y ritos propios de este país.
Una de estas tradiciones es el Pongal, también conocida como la Fiesta de la Cosecha, celebrada a mediados de enero por los indios del sur. En esta celebración se honra el fruto del esfuerzo de los granjeros y de la cosecha del arroz, alimento básico aquí como en casi toda Asia. También se rinde tributo a Surya, el dios Sol, en el que se cree como aquel que otorga la vida. Entre otras costumbres, se engalana a las vacas y se realizan cánticos acompañados de campanas y tambores en el templo de Sri Srinivasa Perumal.
El Festival Anual del Barco del Dragón es una tradición china que se suele celebrar en todos los territorios muy poblados por personas de este origen. Esta tradición que se suele desarrollar durante el mes de julio, enfrenta en varias regatas a equipos de diferentes países en unas largas embarcaciones decoradas con brillantes colores. En estas barcas los remeros intentan ganar la carrera al ritmo de los tambores tradicionales. Según la leyenda, un antiguo poeta y hombre de Estado chino se suicidó ahogándose en protesta por la injusticia. Un pescador intentó salvarle y al no conseguirlo, procuró que los peces no se lo comieran golpeando un tambor y lanzando arroz a las aguas.Como no podría ser de otro modo en un lugar con tanta población procedente de China, el Año Nuevo Chino es una de las celebraciones más importantes de Singapur. Se da entre enero y febrero (guiándose por el calendario lunar) y es una de las manifestaciones culturales más coloridas y llenas de vida de Singapur.
Pero si hay un festejo que impacta a los extranjeros en este país, ese es sin duda el Thaipusam. En esta tradición, que tiene lugar entre enero y febrero, los devotos entran en una especie de trance que les permite portar enormes arcos de acero, llamados kavadis, con sus cuerpos atravesados por clavos y ganchos en una procesión que va desde el Templo Sri Srinivasa Perumal hasta el Sri Thandayuthapani. Participan en ella sobre todo personas de origen Tamil y suele impresionar bastante a los foráneos por el despliegue de mortificación de la carne que realizan los fieles atravesando con agujas y otros utensilios su lengua, su espalda e incluso el pecho.