‘Secret reunion’, un thriller tragicómico con Corea como escenario

8/04/2011

Año: 2010 País: Corea del Sur. Director: Jang Hoon. Duración: 116 m. Género: Drama/Thriller. Protagonistas: Song Kang-ho, Kang Dong-won.

Sin lugar a dudas, uno de los films del año (pasado) en Corea del Sur. Segunda cinta nacional más taquillera (sólo por detrás de The Man from Nowhere y, a nivel general, Inception y Avatar) y ganadora del Blue Dragon Award a la mejor película. Su argumento tiene mucho que ver con ello, pues mezcla elementos diversos (humor, drama, acción) y propone una interesante variación de un subgénero bien conocido.

Trata sobre un espía norcoreano y el agente especial que le persigue. En este punto estamos ante un thriller manido, pero que sorprende enseguida con un giro de la trama que conduce la historia hacia el drama (o más bien, la tragicomedia): Han-kyu (el agente) es despedido por hacer caso omiso de los burócratas del cuerpo policial, y se establece como detective privado. Un día, durante una misión, se topa con Ji-won (el espía). Ambos pretenden no reconocerse, y Han-kyu le propone que trabaje para él (con la intención de desenmascarar su red de espionaje). Ji-won acabará aceptando, pues necesita el dinero por motivos que se desvelarán más adelante. Viviendo en el mismo piso, Han-kyu (un divorciado cuya mujer e hija se han mudado a Inglaterra) y Ji-won (la familia del cual se encuentra en el Norte) descubrirán todo lo que les une y, poco a poco, establecerán lazos de amistad.

 

 

Secret Reunion parecía tenerlo fácil para triunfar, pues además de su original argumento contaba con Song Kang-ho (Thirst) y Kang Dong-won (Jeon Woo-chi: the Taoist Wizard) de protagonistas para un film sobre las difíciles relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur, una fórmula de probada eficacia. Pero las cosas no son exactamente como parecen. La participación de dos estrellas como Song y Kang es ya un triunfo para una película con un presupuesto relativamente bajo como ésta. La clave ha estado en la impresión que causó en ambos intérpretes el trabajo anterior (y ópera prima) de su director Jang Hoon, el drama de acción Rough Cut.

Por otro lado, a pesar de las referencias al conflicto Norte-Sur, este no es un film sobre la división nacional. Los espías norcoreanos y los policías del Sur no hacen más que establecer el marco genérico de la historia y, ocasionalmente, proporcionar momentos de conflicto externo a los personajes que hacen avanzar la trama y le inyectan dosis de acción e intriga. Todo ello, en esta ocasión, actúa sólo como complemento vitamínico (bien dosificado) para lo que en el fondo quiere ser un drama sobre dos hombres abandonados (a Han-kyu y Ji-won no les une su juego del gato y el ratón, sino el encontrarse lejos de sus familias).

 

 

La mezcla de géneros está bien gestionada, no resulta estrambótica y cumple con la función de acercar el film a audiencias diversas. Esta voluntad de consenso también lleva a endulzar y simplificar lo que podría haber sido una cruel tragedia emocional y física. No importa, nada obliga y el conjunto satisface; aunque el final no cuela, ya lo veréis.

Lo mejor: El equilibrio de todos sus propósitos.

Lo peor: El final… si uno se lo toma en serio. Tampoco me gusta Kang Dong-won, no me lo creo, pero ha recibido muchos elogios por su papel…

Por nuestro colaborador Jordi Codó

 

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