Myanmar tiene mucho más que templos. En el corazón del país se aloja el lago Inle. Con una superficie cercana a los 22 kilómetros de ancho y los 11 de largo, las mansas aguas de esta región son uno de los atractivos turísticos más llamativos del país del sudeste asiático. Se encuentra a 900 metros sobre el nivel del mar, en una zona montañosa. Para conocerlo conviene alojarse en una ciudad colindante al lago y dedicar unos 3 días a realizar excursiones a través del mismo.
En sus orillas cohabitan más de 30 poblaciones de diferentes etnias y en esos núcleos hay verdaderas bellezas por descubrir. Muchos de estos asentamientos comieron terreno al agua y se construyeron sobre pilares.
Además, después de conocer y descubrir las maravillas de este lago, también puedes acudir a las Cuevas de Pindaya, que contienen ciento de imágenes de Buda depositadas por los fieles budistas a lo largo de los tiempos.
Desde Inle, tan solo tres horas. La belleza flotando en medio de las aguas: Lago Indawgyi. Es el lago más grande de todo el país y uno de los más extensos de sudeste asiático. Para llegar hasta el lago Indawgyi desde Myitkyina lo mejor es coger el tren hasta el pueblo de Hopin. Después, camiones pick-up hacen los 42 km restantes hasta Lonton, uno de los pueblitos alrededor del lago.
El lago es conocido porque cuenta con una pagoda en medio de las aguas. Es uno de los grandes atractivos de esta región, donde podrá disfrutar de un marco incomparable para relajarse, pescar o realizar diferentes deportes al aire libre.