Como ya hemos mencionado recientemente, China es uno de los países de Asia con más parques naturales, algunos de ellos de extraordinaria belleza. En el mismo área, en la provincia de Sichuan, podemos encontrarnos con lugares mágicos como los parques de Jiuzhaigou y Huanglong.
Jiuzhaigou es conocido como el Valle de los Nueve Pueblos. Una de las principales características de este lugar son sus impresionantes lagos de bellos colores, en los que predominan el turquesa y el celeste. Estas tonalidades son posibles gracias a la alta concentración de ciertos minerales que se da en sus aguas, lo que hace que estas sean especialmente cristalinas, reflejando los colores del cielo y la vegetación de los alrededores.
El parque está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el entorno natural que lo rodea tampoco se queda atrás en belleza, con unos zonas de vegetación que en conjunto con los lagos da a la zona el aspecto de un lugar propio de cuento de hadas, sea cual sea la época del año en el que lo visitemos.
La cascada multicolor Nuorilang es uno de sus principales atractivos, en otros motivos, por lo hipnótico del movimiento en caída libre de sus aguas y los bellos colores que forma al topar con el lago inferior. Otro hito interesante es la catarata que se encuentra en la conocida como Playa de la Perla, gracias a sus más de 300 metros de ancho.
El otro lugar de increíble belleza del que hablamos es el Parque Nacional de Huanglong. Uno de sus lagos más llamativos es el Estanque Multicolor, que como su propio nombre indica, posee una gama cromática más propia de un cuadro impresionista que de un paisaje real. En parte debido a las plantas y algas microscópicas que alberga y en parte debido a las diferentes profundidades que tiene.
Además, debido a las calcificaciones, se forman auténticas piscinas naturales y terrazas que los lugareños llaman “lagos caidos del cielo” por su espectacularidad.
Este parque debe su nombre al monasterio budista de Huanglong, también conocido como “Monasterio del Dragón Amarillo”. Toda el área fue también nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992 y reserva de la biosfera en 2000.
