Estado de Gujarat (Parte III) – Monte Shatrunjaya, peregrinación jainista sagrada

2/10/2025

En el suroeste del estado de Gujarat, se alza una montaña que no es solo un accidente geográfico, sino un destino espiritual. Me refiero al Monte Shatrunjaya, en la ciudad de Palitana. A sus pies comienza una de las peregrinaciones más intensas y reverenciadas del jainismo: la ascensión a pie de 3750 escalones que conducen a un impresionante conjunto de templos blancos que parecen flotar sobre las colinas. Desde abajo, el monte no parece una montaña, sino un santuario que se eleva lentamente hacia el cielo.

Quienes llegan aquí no buscan una vista panorámica ni una experiencia deportiva. Buscan la moksha, la liberación espiritual. Se cree que muchos santos jainistas alcanzaron esa iluminación en este lugar. Por eso, para millones de fieles, visitarlo al menos una vez en la vida es más que un deseo: es una necesidad vital.

 

¿Qué es el jainismo?

 

El jainismo nació en la India hacia el siglo VI a. C. y hoy cuenta con millones de seguidores, casi todos en el propio país. Es una religión profundamente marcada por el ascetismo y la no violencia (ahimsa), llevadas hasta sus últimas consecuencias.

 

 

Se divide en dos grandes ramas: los digambaras, que no usan ropa y ven en la desnudez total la máxima pureza espiritual, y los shvetambaras, que visten de blanco. Los primeros consideran el cuerpo del recién nacido como la expresión más sagrada de pureza. Ambos grupos tienen en común el rechazo a toda forma de violencia hacia los seres vivos, lo que se refleja incluso en la dieta: los jainistas no consumen ni carne ni huevos, pero tampoco raíces como las zanahorias o las cebollas, ya que arrancarlas implicaría matar la planta entera.

 

 

No adoran dioses en sentido clásico, sino que veneran a los tirthankaras, sabios y guías espirituales que han alcanzado la iluminación. En Shatrunjaya, según la tradición, muchos de ellos encontraron el final de su ciclo de renacimientos.

 

El pueblo de Palitana

 

Palitana, el pueblo que sirve de base a esta peregrinación, es también un símbolo del compromiso jainista con la vida. Desde 2014, es la primera ciudad del mundo declarada legalmente vegetariana. En Gujarat está prohibido el alcohol, pero aquí, además, está vetada toda venta y consumo de carne, pescado y huevos.

 

 

El espíritu no violento va aún más lejos. Está prohibido entrar con productos de cuero. A los visitantes se les recuerda que bolsos, cinturones o zapatos deben quedarse fuera. También se restringe el acceso con dispositivos electrónicos como cámaras y ordenadores portátiles. Solo los teléfonos móviles están permitidos, y ni siquiera eso garantiza la posibilidad de fotografiar. La subida es sobria, silenciosa y sin adornos.

 

 

En Palitana hay numerosos alojamientos para los peregrinos, pero quienes desean mayor comodidad suelen alojarse en Bhavnagar, una ciudad cercana desde la que se accede fácilmente a la montaña.

 

El ascenso: 3750 escalones hacia lo sagrado

 

La cifra impone: 3750 escalones. Pero el ascenso no es tan extenuante como podría parecer. La pendiente es constante, sin tramos abruptos, y hay dos descansos largos en zonas llanas. La mayoría de los peregrinos inician el trayecto antes del amanecer, cuando la bruma suaviza la luz y el calor aún no aprieta.

 

 

No hay tiendas ni puestos de comida durante la subida. Algunas fuentes ofrecen agua, pero no se recomienda su consumo a los extranjeros. No se permite comer, beber ni pasar la noche en la cima, por lo que el descenso debe realizarse antes del atardecer.

 

 

Para quienes no pueden caminar, existe una opción tradicional y silenciosa: la “dolly”, una especie de silla transportada por porteadores. Aun así, muchos prefieren intentarlo por sí mismos, paso a paso, como un acto de meditación.

 

 

 

Shatrunjaya: los templos en la cima

 

La cima del monte Shatrunjaya está dividida en dos secciones, norte y sur, cada una con conjuntos amurallados de templos conocidos como Tonks. Desde lo alto, el paisaje se abre hacia las colinas, con el horizonte teñido de ocre y blanco. Los templos, esculpidos en mármol claro, parecen formar una ciudadela celestial.

 

 

El conjunto principal comenzó a construirse en los siglos XI y XII, y tardó más de 900 años en adquirir su forma actual. Hoy alberga unos 900 templos jainistas, algunos de ellos ricamente decorados con esculturas y otros completamente sobrios, según el estilo de cada secta.

 

 

El acceso al interior requiere descalzarse, y está prohibido hacer fotos. La vigilancia es estricta: incluso sacar el móvil puede ser motivo de advertencia. Esta normativa protege el carácter sagrado del lugar, donde la contemplación se impone al registro

 

 

 

Una experiencia más allá del turismo

 

Subir a Shatrunjaya no es una excursión. Es una forma de entrar en contacto con una espiritualidad que prescinde de ornamentos, donde cada acto —no comer, no matar, no poseer más de lo necesario— es una declaración de principios. En ese sentido, esta montaña no solo es un destino sagrado para los jainistas, sino un espejo donde los viajeros podemos observar nuestras propias intenciones.

 

 

El silencio del ascenso, la sencillez del paisaje y la ausencia de estímulos comerciales invitan a otra forma de viaje: una más interior, pausada y consciente. Gujarat, en este rincón menos explorado de la India, ofrece al visitante una experiencia tan exigente como inolvidable.

 

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