El país del Sol naciente es un lugar que no deja de sorprender al viajero, donde la sopresa surge en cada rincón. En el área de Hiroshima, sin ir más lejos, existe una isla llamada Okunoshima que podría pasar desapercibida si no fuera por los divertidos habitantes que viven allí:
Una enorme población de conejos de raza japonesa que, al no haber encontrado depredadores naturales, ha conseguido reproducirse sin control. Estos esponjosos animales viven en una ínsula prácticamente deshabitada, por lo que es todo un paraíso para ellos en el que, además, está prohibido introducir perros, gatos o cualquier tipo de animal que pueda suponer una amenaza para estos preciosos animales.
Lo mejor es que la isla sí se puede visitar, por lo que se puede pasar un rato de lo más divertido como este chico, a la que la persiguen un buen número de conejos que, probablemente, han olido que lleva una bolsa con comida:
Como los pájaros de Hitchcock, pero con unos protagonistas mucho más entrañables. Una curiosidad más de un Japón que fascina a los viajeros en cada visita que hacen.