Laos y Camboya: paraísos gastronómicos

2/08/2010

Aparte de algunas excentricidades gastronómicas sólo aptas para paladares intrépidos, lo cierto es que en Laos por poco dinero y a casi cualquier hora del día se puede comer bien, excepto en los restaurantes de más postín que pueden tener un horario limitado, la mayoría de locales permanecen abiertos largas horas, comenzando al amanecer y concluyendo a eso de las ocho o las nueve de la noche.

 

 

Comer es, todo un acto social y rara vez los lugareños lo hacen en solitario. Por eso, tanto en Camboya como en Laos lo normal es pedir en común con excepción de ciertos platos individuales, como las sopas de tallarines o los tallarines fritos, el resto del menú se pide para compartir. Así en las mesas habría siempre un gran cuenco con arroz blanco para que cada comensal se sirva lo que quiera en su propio bol, y también hay otros muchos cuencos con pollo, pescado, verduras… de los que se tomarán pequeñas porciones.

 

 

Lo habitual es que se sirva todo a su tiempo y que sea el anfitrión el que inicie la sesión gastronómica. La temperatura de los platos no es importante, pero comer algo humeante hace pensar que se está demasiado hambriento que no se puede esperar a que se enfríe. Entre los platos obligados a probar, se encuentran, en Camboya, las sopas “samlor”; el pescado “amoc”, cocinado con leche de coco, o el “trey ahng” o pescado a la parrilla.

 

 

En Laos son populares las “foe” o sopa de tallarines, el “laap”, una ensalada de carne o pescado marinados con jugo de lima, hierba limón, ajo, cebolla, hojas de menta y algo de guindilla. Si se quiere además, la comida se puede amenizar con unas buenas cervezas de cualquiera de los dos países.

 

 

 

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