Esta región de Indonesia es extraña y exótica debido a que, a pesar de su posición privilegiada en las vías marítimas entre Singapur y Asia Oriental, su difícil acceso por tierra debido a las complicadas dificultades geográficas hace que sea una tierra poco explorada.
La isla de Borneo está cubierta en gran parte por una densa selva tropical. Los torrentes se convierten poco a poco en amplios cursos de agua que se ramifican y van a perderse en una costa fangosa e inhóspita. Quizás por ello, la fauna y la flora de tan extraordinaria riqueza que se da aquí. Según los biólogos, gran parte de esta biodiversidad proviene del continente asiático cuando Java estaba vinculada por tierra firme.
Las grandes llanuras se extienden hacia el interior. Sin embargo, su población está constituida en su mayor parte por los dayak, los cuales viven en su mayoría a lo largo de los grandes ríos. Las aldeas de este pueblo son muy llamativas, ya que una de ellas suele estar compuesta por una gran vivienda longitudinal en la que habitan todas las familias de la aldea.
Antaño los dayak eran cazadores de cabezas, hoy la mayoría de la población se ha convertido al cristianismo, pero no es un dato baladí que en su época los dayak eran temibles cazadores de cabezas, los cuales podían llegar a practicar el canibalismo en algunos rituales. A día de hoy, algunos de ellos aún adoran a los dioses naturales ya sea de forma explícita o a través de la práctica del sincretismo, pero son un pueblo pacífico. Antiguamente la población vivía sobre todo de la explotación maderera, cosa que sigue ocurriendo hoy día, pero el gobierno de Indonesia