Cuando uno piensa en paisajes salinos, la imagen que suele venir a la mente es el Salar de Uyuni, en Bolivia. Sin embargo, en el corazรณn del oeste de la India, en el estado de Gujarat, existe un lugar igual de fascinante, aunque mucho menos conocido fuera del paรญs: el Rann de Kutch.
Tuve la oportunidad de recorrerlo durante la estaciรณn seca, cuando la tierra, reciรฉn despojada del agua del monzรณn, se transforma en una inmensa llanura blanca. Un horizonte sin sombras ni vegetaciรณn, cubierto de una capa de sal que refleja el sol como si fuera nieve. Es un lugar que parece no pertenecer a la tierra, y sin embargo, tiene una historia profundamente enraizada en ella.
El Rann de Kutch es una vasta marisma salina que se extiende por mรกs de 250 kilรณmetros de este a oeste y 150 de norte a sur. Durante el monzรณn, el agua del mar inunda la zona; pero al llegar noviembre, el agua se evapora y deja al descubierto un paisaje tan blanco como รกspero. Esta sal, ademรกs, representa el 70% de la producciรณn de sal de la India.
Cรณmo llegar al Rann de Kutch
La ciudad base para esta expediciรณn es Bhuj, a unos 60 o 80 kilรณmetros del desierto blanco. Desde allรญ, las opciones son varias: un taxi privado (la mรกs cรณmoda), el autobรบs local (econรณmica pero algo compleja), o una alternativa intermedia y pintoresca: alquilar un rickshaw por un dรญa entero. Esta รบltima opciรณn, ademรกs de llevarte al Rann, permite hacer paradas en pueblos artesanales cercanos, lo que convierte el trayecto en una experiencia mucho mรกs rica.
Un dato importante: al estar cerca de la frontera con Pakistรกn, los extranjeros debemos presentar un permiso especial, que se puede gestionar directamente en el punto de control antes de ingresar o por internet (https://www.rannpermit.com). Solo hace falta una copia del pasaporte.
El impacto visual del desierto blanco
Caminando sobre el Rann no todo es plano, como uno podrรญa imaginar. La superficie tiene baches y zonas quebradas, lo que aรฑade textura a este paisaje minimalista. Recogรญ un trozo de sal que parecรญa cristal. Lo llevรฉ a la boca, curioso, y el sabor no era salado sino ligeramente amargo. Ese sabor terroso me recordรณ que esta no es una sal cualquiera: es la sal de la India, nacida de tierra y ocรฉano.
Desde el mirador, el llamado “White Rann” parece una hoja en blanco que invita a perderse o, mรกs bien, a encontrarse. Es fรกcil entender por quรฉ esta vista se ha vuelto tan popular entre turistas nacionales e internacionales.
La riqueza artesanal
Mรกs allรก del paisaje, lo que realmente define a esta regiรณn es su gente. Alrededor del Rann de Kutch, se extienden aldeas habitadas por diversas minorรญas รฉtnicas: comunidades nรณmadas, trabajadores de las salinas, mujeres que bordan el mundo con hilos y espejos.
La artesanรญa de Kutch es reconocida internacionalmente. Muchos compradores llegan desde Europa, Estados Unidos o Japรณn, buscando textiles รบnicos. Aquรญ, el bordado de espejos, o shisha embroidery, es una tรฉcnica tradicional en la que se cosen pequeรฑos espejos sobre telas coloridas. Lo fascinante es que cada etnia tiene su propio estilo de bordado, con patrones y colores distintos. Recorrer estas aldeas es como viajar por un museo vivo de tradiciones textiles.
Pequeรฑo Rann de Kutch: santuario de vida salvaje
A cierta distancia del Rann principal, se encuentra el Pueรฑo Rann de Kutcheq, otra รกrea salina, pero con un matiz muy distinto: aquรญ habita el asno salvaje asiรกtico, una especie endรฉmica y protegida. En otros tiempos, este animal se extendรญa desde Asia Occidental hasta Mongolia, pero la caza y la pรฉrdida de hรกbitat lo han reducido a unos pocos refugios, siendo este el mรกs importante. Es un animal esquivo, de paso firme y mirada cautelosa. Verlo correr libre sobre la sal es una imagen que no se olvida.
Tambiรฉn se pueden observar flamencos y aves migratorias, que anidan en ciertas รฉpocas del aรฑo. Alrededor, la vida rural de Gujarat sigue su curso, con pastores y tribus como los rabari, ahir y bahirwad moviรฉndose entre los mรกrgenes de la sal y la historia.
Rann Utsav โ evento de invierno
Cada aรฑo, entre octubre y marzo, el Rann Utsav convierte este รกrido desierto en un espectรกculo vibrante de mรบsica, danza y color. Tuve la fortuna de coincidir con este festival, y alojarme en una de las tiendas de campaรฑa de lujo que instalan en medio del desierto fue una experiencia casi surrealista.
El evento incluye espectรกculos folclรณricos, paseos en camello, bazares artesanales y comidas tรญpicas de Gujarat. Es, sin duda, una forma รบnica de experimentar el Rann, no solo como paisaje natural, sino como escenario cultural. Y por la noche, bajo un cielo limpio como el mar sin olas, el desierto blanco resplandece bajo la luna.
Una frontera entre lo real y lo invisible
Pocos lugares como el Rann de Kutch logran combinar naturaleza extrema y tradiciรณn viva. Es, al mismo tiempo, frontera y ombligo del mundo: frontera entre India y Pakistรกn, entre tierra y mar, entre el presente y una espiritualidad que aรบn se borda a mano en cada casa.
Gujarat guarda este secreto blanco como un tesoro salado, esperando a quien se atreva a caminarlo, saborearlo, contemplarlo. Y regresar con la memoria llena de luz y polvo.