El dragón de Komodo es un animal fascinante cuya existencia era desconocida para los humanos hasta hace unos 100 años. Estos reptiles pueden llegar a medir 3 metros de largo y a pesar más de 130 kilos, por lo que son los lagartos más pesados ??de la Tierra. Tienen largas cabezas planas con hocicos redondeados, piel escamosa, piernas arqueadas y enormes colas musculares que pueden usar como una poderosa arma.
Ellos son los depredadores dominantes en el pequeño grupo de islas que habitan, y pueden alimentarse casi de cualquier cosa, incluyendo: carroña, ciervos, cerdos, dragones más pequeños e incluso grandes búfalos de agua y seres humanos. Cuando cazan, los dragones de Komodo se basan en el camuflaje y la paciencia, ya que pueden permanecer horas acechando a una presa antes de realizar el ataque. Este puede producirse gracias a sus poderosas patas, sus garras afiladas como cuchillas y sus dientes, con los que son capaces de destripar a su presa.
Aunque uno de los mayores peligros para los que son atacados por un dragón suele ser invisible: En las fauces y las garras del dragón de Komodo habita un tipo de bacteria altamente tóxica para los humanos y animales, por lo que si uno de estos animales te hiere, es preciso recibir atención médica inmediata antes de que la infección se extienda por completo, con lo que sobrevendría una muerte prácticamente segura. La sepsis tarda como máximo 24 horas en acabar con cualquier ser vivo atacado por estos reptiles. Esta es una gran estrategia de caza ya que, aunque la presa escape, el dragón podrá oler el cadáver a más de un kilómetro de distancia.
Estos animales habitan por debajo de la denominada “Línea de Wallace” que como bien recogen en Wikipedia es:
Una línea que marca un límite biogeográfico a través del archipiélago malayo y separa los continentes de Asia y Oceanía. La fauna, y en menor medida la flora, son notablemente distintas a cada lado, pese a la proximidad geográfica y la relativa similitud climática, reflejando historias evolutivas separadas. La línea pasa entre las islas de Bali y Lombok, al este de Java; continúa entre Borneo, que deja al oeste, y las Célebes y pasa al sur de Filipinas. Al noroeste de la línea la fauna es la característica del Sudeste Asiático; al sudeste es la australásica, que se extiende sobre Nueva Guinea, Australia y muchos archipiélagos del Pacífico sudoccidental. […] La línea de Wallace se puede observar geográficamente, ya que se corresponde con un importante límite físico, la fosa de Wallace, extendida sima submarina de menos de 100 km producida por subducción cerca del límite entre las placas tectónicas de Australasia y la de Eurasia.
Hay una población estimada de unos 3.000 a 5.000 dragones de Komodo en las islas de Komodo, Gila Motang, Rinca y Flores. Sin embargo, la escasez de hembras ponedoras de huevos, la caza furtiva, la invasión humana y los desastres naturales ha llevado a esta fascinante especie a una situación de peligro. Por ello hay varios proyectos en marcha para su preservación, ya que sería un desastre biológico que estos primos cercanos de los dinosaurios acabara extinguiéndose.
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