Hoy es martes, nuestro día de cine viajero. Contamos en esta ocasión con una hermosa película que tendréis que averiguar, además del destino en el que se rodó. Aquí tenéis la primera pista en forma de imagen:
Aquí tenéis una segunda pista que seguro que os inspira aún más:
El destino de hoy era Taipei en Taiwan y la película Comer, beber, amar. Las imágenes pertenecen al Cementerio de la Colina de Chin-Pao y al Chiang Kai-shek Memorial Hall respectivamente. Durante la peli. El vemos al protagonista en el cementerio y corriendo por el parque que rodea al memorial, del que se pueden apreciar varios edificios emblemáticos.
La película está dirigida por el gran Ang Lee, realizador de El banquete de bodas, Sentido y sensibilidad, Brokeback Mountain o Tigre y dragón, a la que ya dedicamos una entrada del blog. En este caso, nos cuenta la historia de un maestro cocinero y sus hijas, una narración que nos habla de la tradición y de cómo es importante conservarla y mantenerla, a pesar de que los cambios en la vida son lógicos e inevitables, pero Lee se acerca al tema con un gran sentido del humor y una dirección de actores que nos transmite humanidad y cercanía.
Sinopsis:
Lee nos narra la historia de Chu, un viejo chef de Taipei, viudo y con tres hijas (Jen, Chien y Ning) muy distintas pero con algo en común: la rebeldía. Un buen día, sus vidas empiezan a complicarse: una gruñona viuda se muda al apartamento de al lado, alguien se queda embarazada, alguien cae en una profunda depresión, alguien muere y alguien encuentra el amor verdadero. El reputado director Ang Lee volvió a Taiwán para contar otra historia de sentimientos y emociones. (FILMAFFINITY)
La cinta de 1994 obtuvo un gran éxito de crítica y es una película muy interesante para los amantes de la cultura oriental, en especial de su gastronomía, ya que nos muestra que la comida en Taiwan (y en Asia en general) posee un valor ritual en muchas ocasiones. La cocina y la comida aparecen como un legado de los ancestros que se debe mantener y pasar de generación en generación, y que tiene un gran significado porque sienta a la mesa a amigos y familiares para estrechar lazos.
La historia está contada con haciendo gala de un gran naturalismo en las escenas, con planos largos que dejan hablar y mostrarse a los personajes, todo ello sazonado con unos excelentes diálogos que hacen de esta película el disfrute para los sentidos que ya promete su título.
Además, podemos ver el Taipei moderno, el modo de vida tradicional y cómo se mezcla con la actualidad y el ansia de novedades de las jóvenes generaciones.
Quizás después de verla a muchos viajeros os entren unas enormes ganas de comer, beber y amar en esta hermosa ciudad taiwanesa.
Podéis seguir el transcurso de esta “adivinanza” y dar vuestras respuestas a través de los comentarios de este post, en Facebook y Twitter con el hastag #viajesdecine