En el budismo tibetano se utilizan multitud de objetos y fetiches, normalmente de bronce, sin los cuales no puede oficiarse ninguna ceremonia religiosa. Son muy numerosos y cada uno tiene unas funciones específicas:
La campana y el vajra: Son dos objetos que constituyen una unidad inseparable. Las piezas de mayor valor se conservan en una funda especial de terciopelo o brocado. El vajra proviene de la cultura hindú.
El puñal o P’ur-bu: Este objeto es típico del culto budista tántrico con el que en el Tíbet los creyentes conjuran a los demonios y sólo está reservado su uso a los sacerdotes iniciados en el tantrismo.
Los molinillos de oraciones: se fabrican en diversos materiales que van de madera a plata, oro, jade o marfil. La fabricación de este hermoso objeto es casi una pequeña industria para los exiliados.
Cordones Votivos: similares a los rosarios católicos, se hacen con perlas de madera o piedras semi-preciosas como la turquesa o el coral. Se utilizan para los rezos, de forma parecida a la manera cristiana.
Los pendones religiosos: Son muy importantes en el Tíbet y consisten en unas tiras de tela largas y muy finas que se atan en sentido longitudinal a largas varas. Estas varas son incrustadas en el techo de cada casa, templo o lugar sagrado y se pueden ver por todo el territorio: Ciudades, monasterios, aldeas y tiendas nómadas. El sentido de estos pendones es igual que el de los molinillos: Con cada movimiento de la tela sube una plegaria a los dioses y se atiende una súplica.
Los amuletos: Se suelen llevar atados al cuello y su destino es proteger de cualquier mal . Representan a distintas divinidades y suelen ser figurillas talladas en madera o metal, aunque también las hay de piedras semi preciosas.
Estos son sólo algunos de los objetos de culto más conocidos y usados en el Tíbet, aunque la tradición budista posee muchos más. Os animamos a que compartáis los que conocéis con nosotros.
