Bután: La Joya Oculta del Himalaya – Guia completa Parte II

10/07/2024

Si estás buscando un destino exótico y lleno de tradiciones, Bután es la opción perfecta. Desde la vibrante ciudad de Timbu hasta la histórica Punakha, la experiencia es única e inolvidable. Recorre 75 km por carreteras sinuosas y atraviesa impresionantes paisajes de montaña para descubrir la verdadera esencia de Bután. En este artículo, te comparto mis momentos favoritos y lugares que vale la pena visitar en este viaje.

 

Dochu La: Impresionantes Vistas del Himalaya

 

El primer paso de montaña en el recorrido fue Dochu La, a 3.150 metros sobre el nivel del mar. Esta sección de la carretera está repleta de curvas, así que si te mareas fácilmente, te recomiendo tomar precauciones. Dochu La es conocido por sus 108 chortenes y banderas de oración, creando un paisaje pintoresco y tranquilo. El aire fresco y las vistas espectaculares de los picos del Himalaya hicieron que el frío valiera la pena.

 

 

 

Chimi Lakhang: El Templo de la Fertilidad

 

En Bután, se dice que no debes renunciar a la idea de tener hijos hasta haber visitado Chimi Lhakhang, el templo de la fertilidad. Este pequeño santuario está situado sobre una colina y puedes llegar caminando por un sendero rodeado de arrozales. Durante mi visita, me encantó ver a los lugareños trabajando en el campo y experimenté un poco de la vida cotidiana butanesa.

 

 

 

Punakha: La Antigua Capital de Bután

 

La antigua capital de Punakha, situada a 1.300 metros sobre el nivel del mar, es conocida por su clima subtropical y sus paisajes idílicos. Fue la “capital de invierno” durante 300 años antes de que Timbu se convirtiera en la capital permanente. En la Valle de Punakha, se extienden campos de arroz en terrazas a orillas de los dos ríos Pho Chu (que significa padre) y Mo Chu (que significa madre), en cuya confluencia se encuantra Punakha Dzong.

 

 

 

Punakha Dzong: El Palacio de la Gran Felicidad

 

Uno de los dzongs más impresionantes en Bután es el Punakha Dzong, también conocido como el “Palacio de la Gran Felicidad” . El Punakha Dzong fue construido en 1637 y, aunque ha sido reconstruido varias veces, sigue siendo una hoya de la arquitectura butanesa. Este lugar es donde se llevan a cabo las coronaciones y las bodas reales, y el puente cubierto que lleva al dzong ofrece una vista espectacular. Es igualmente espectacular en su interior: hay patios, estatuas religiosas, varios murales elaborados y rodeados de edificios. Es francamente majestuosa y hermosa.

 

 

 

 

De Punakha a Paro: Un Viaje por la Historia de Bután

 

Después de explorar Punakha, regresé por la misma carretera hacia Paro, a unos 125 km de distancia. Este tramo del viaje continuó mostrando las vistas espectaculares y los paisajes montañosos por los que Bután es famoso.

 

 Paro: La Ciudad de Cultura Tradicional

 

Paro es una ciudad vibrante y colorida. La calle principal está llena de restaurantes y tiendas, todas manteniendo el estilo de casas tradicionales butanesas. Me impresionó la arquitectura y el hecho de que todos los cables eléctricos están enterrados para preservar el paisaje. Es un lugar perfecto para comprar recuerdos y experimentar la cultura local.

 

 

 

Rinpung Dzong: Fortaleza del Montón de Joyas

 

En Paro, visité el Rinpung Dzong, también conocido como la “Fortaleza del Montón de Joyas”. Con su rica historia y su papel como centro político, administrativo y religioso de la región, el Dzong ofrece una experiencia única para los visitantes. Los murales y galerías de madera que bordean el patio interior son absolutamente impresionantes, y el puente voladizo, la pasarela hacia el Dzong, es también conocido por ser el lugar de rodaje de la película El Pequeño Buda.

 

 

 

Taktsang: El Monasterio del Nido del Tigre

 

Uno de los momentos más destacados de mi viaje fue la visita al monasterio Taktsang, también conocido como el “Nido del Tigre”. Construido sobre un acantilado a 900 metros sobre el valle de Paro, este monasterio es uno de los lugares más sagrados de Bután. El ascenso hasta el monasterio es una caminata de ida y vuelta de unas 5 horas, pero las vistas y la espiritualidad del lugar hacen que el esfuerzo valga la pena. Sin embargo, puedes regresar a la cafetería ubicad a aproximadamente a una hora de la montaña si no confias en que puedas realizar el recorrido completo.

El nombre “Taktsang” está ligado a la leyenda de Guru Rinpoche, el sabio que introdujo el budismo tibetano en Bután en el siglo VIII. Se dice que llegó a este lugar montado en una tigresa y que meditó en este monasterio, lo que le dio su famoso sobrenombre de “Nido del Tigre”.

 

 

 

Ema Datshi: El Plato Tradicional de Bután

 

Durante mi viaje, probé el Ema Datshi, un plato tradicional hecho con guindillas y queso. Este platillo es muy popular en Bután y puede ser bastante picante. La comida local es parte de la experiencia, y el Ema Datshi se convirtió rápidamente en uno de mis favoritos.

 

 

 

Tshechu: El Festival Tradicional de Bután

 

Aunque no tuve la oportunidad de ver el festival Tshechu durante mi viaje, es uno de los eventos más importantes en Bután. Este festival se celebra en dzongs y templos de todo el país, con danzas enmascaradas y música tradicional. Es una forma fascinante de experimentar la cultura butanesa y comprender su conexión con el budismo tibetano.

 

 

 

 

La Verdadera Felicidad en Bután

 

A lo largo de mi viaje, me encontré con muchas escenas de oración y devoción, y las sonrisas del pueblo butanés me hicieron reflexionar sobre lo que significa la verdadera felicidad. Aunque una breve estancia no es suficiente para comprender por completo el espíritu de Bután, el ambiente tranquilo y el aire puro del Himalaya me dieron una sensación de paz y relajación.

 

 

¿Te gustaría viajar a Bután en busca de la verdadera felicidad? Te invito a descubrir este país único y experimentar todo lo que tiene para ofrecer.

 

Artículo de Koji Nishizuka

 

Llegué a España por primera vez como mochilero en 1972. Dos años después decidí quedarme, y desde entonces vivo aquí, entre los recuerdos vivos de Asia y la riqueza cotidiana del mundo mediterráneo. Nací en Japón y viví allí hasta los 24 años. Mis viajes posteriores por Europa y Asia me han permitido comparar paisajes, ritmos, formas de vida y mentalidades muy distintas, y así redescubrir lo que dejé atrás en mi tierra natal. En 1990 fundé Frontia S.A. (CICMA 492) y, en 2004, creé Destinos Asiáticos, una marca especializada en viajes a medida por Asia, con el objetivo de compartir mi fascinación por este continente con otros viajeros. He recorrido países como Corea del Sur, Camboya, Laos, Tailandia, Myanmar, Malasia, Indonesia, Singapur, Hong Kong, Bangladesh, Sri Lanka, India, Nepal y Bután. Además, viví ocho años en Vietnam, país al que regreso siempre que puedo. Me considero un enamorado de Asia… y de España. Entre ambas orillas he construido mi forma de mirar el mundo: con curiosidad, respeto y atención a los matices. Esa mirada es la que intento transmitir en este blog, donde comparto rutas, momentos y lugares que, más que destinos, son paisajes interiores. Si disfrutas del viaje como manera de entender otras culturas —y también la propia—, quizá encuentres en estas crónicas algo que resuene contigo.
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