El paraíso puede tener una extensión de tan sólo 10 kilómetros cuadrados. La prueba está en Filipinas, concretamente en la pequeña isla de Borocay, donde la arena blanca y sus aguas de un celeste radiante nos darán la razón.
El viajero encontrará dos playas principales en la isla: White Beach y Bulabog. La primera de ellas se extiende cuatro kilómetros y en ellas encontraremos un innumerable número de resorts (se han llegado a contabilizar 350), albergues, restaurantes y distintas empresas turísticas que harán un lugar ideal para descansar.La playa de Bulabog es la playa secundaria de la isla, pero el lugar más deseado por los amantes del windsurf y el kitesurf.
El mejor momento para conocer esta isla es entre Septiembre/Octubre y Mayo/Junio, periodo que coincide con el Amihan, estación en la que dominan los vientos alisios y se caracteriza por temperaturas moderados con poca o ninguna lluvia.
Como lugar paradisiaco, en Boracay las reglas no existen, es un lugar hecho para disfrutar, caminar descalzo, experimentar el placer de la arena blanca bajo los pies, relajarse a manos de un masaje a la sombra de un cocotero o brindar frente a una inolvidable puesta de sol. Los amantes de los deportes acuáticos encontrarán un lugar privilegiado para practicar, además de los ya citados windsurf y kitesurf, buceo y snorkel. Muchos viajeros eligen esta isla para finalizar su viaje por Filipinas, un destino, que pese a no ser de los más reconocidos, ofrece experiencias únicas y que merece ser tenido en cuenta a la hora de planear su próximo viaje.