Esta es quizás una de las ciudades más bellas y fascinantes de toda China, lo cual no es decir poco dada la extensión del país. Situada a 200 km al norte de Dali sobre el altiplano de Yunnan (rodeada de las montañas más altas de la región, que alcanzan los 5.600 metros de altura), esta dividida en dos: La parte nueva y el casco antiguo, un cóctel perfecto que mezcla modernidad y tradición.
La parte antigua se conoce como Dayan, un área impresionante en la que los callejones se entrecruzan formando una especie de laberinto lleno de encanto tradicional chino en su aspecto. Rincones llenos de color que serpentean sobre los canales que recorren el barrio, otorgando a esta ciudad el sobrenombre de “La Venecia de Oriente”. El área es de un gran valor artístico y cultural, tanto es así que en 1997 la UNESCO decidió otorgarle la consideración de Patrimonio de la Humanidad. Su arquitectura propia de la dinastía Ming bien merece el reconocimiento. Un dato curioso es que sus habitantes pertenecen casi todos a la minoría étnica Naxi. Esta etnia se rige por una estructura familiar matriarcal, en la que todas las propiedades pertenecen a las mujeres del clan. Por ello no es raro ver en los mercados que las que controlan las mercancías y las transacciones son las mujeres.
Un simple paseo por sus calles ya es una experiencia interesante para el viajero, pero además hay numerosos puntos de interés en la localidad que se deben visitar para conocer en profundidad el terreno en el que nos movemos. El Parque de Yunquan, también llamado la Fuente de Jade, es un lugar que parece sacado de un cuento de hadas, con sus más de 500 clases distintas de flores entre pabellones de arquitectura china clásica como el de Longshen, Deyue y Fallon.
La Montaña Nevada del Dragón de Jade es un hito que no debemos perdernos en Lijiang. Se llega mediante un teleférico desde el Parque Yuquan, que nos sube a más de 3.100 metros de altura. Desde allí se observan las cumbres similares a pilares de jade, especialmente la ya mencionada Montaña del Dragón de Jade, de más de 5.500 metros de altura. Otros lugares interesantes son el Río de Agua Blanca: Las piedras del fondo del río dan el color que otorga su nombre, dado que las transparentes aguas hacen que las rocas del fondo brillen cuando luce el sol. Un lugar de un encanto natural impresionante. El Mural de Bai Sha está en un templo lleno de murales que tienen hasta 500 años de historia.
Y estos son sólo unos breves apuntes: También están las aldeas de las afueras, el Gran Cañón del Tigre, el primer meandro del famoso río Yangtse que rodea la Montaña del Dragón, la zona nueva con sus bares, restaurantes y sus rincones con encanto… ¡Una ciudad mágica digna del Gigante Asiático que nadie debe perderse!