La capital de Taiwan, Taipei, es una de las ciudades con mayor crecimiento, tanto en lo referido a la población como a la construcción de edificios, de todo el continente asiático. La ciudad se presenta como un lugar en el que tradición y modernidad se conjugan y se puede comprobar la influencia que China ha ejercido tanto en su arquitectura como en sus tradiciones. Uno de los lugares que no podemos dejar de visitar en Taipei es el Museo Nacional. Con una colección de casi un cuarto de millón de piezas de arte chino, es un lugar perfecto para comprender como el gigante asiático se encuentra presente en su historia. El memorial de Chiang Kai-Shek, con sus 70 metros de alto y su hermoso arco de entrada, es otro de esos emplazamientos en los que se puede observar una buena muestra de arquitectura china.
El Templo de Confucio, aunque fue destruido por los japoneses durante la invasión de Taiwan en 1895, se conserva en muy buen estado tras ser reconstruido en 1925. El confucionismo es una manera de vivir para los taiwaneses, que veneran al maestro con devoción. No en vano, el 28 de septiembre (día del nacimiento de Confucio) es una de las nueve fiestas nacionales del país.
El Templo de Lungshan es un lugar llamativo porque, auque está dedicado a Kuan Yin, deidad budista de la Misericordia, alberga también figuras de divinidades taoístas como la diosa Matsu.
Pero la modernidad está presente si se levanta la vista hacia el ‘skyline’ de la capital. Allí se puede ver el edificio Taipei 101, llamado así por su número de plantas. Un rascacielos impresionante cuya iluminación cambia para recordar ciertas fechas señaladas y cuya forma simboliza el lugar donde la tierra se une con el cielo y se encuentran los cuatro puntos cardinales. Existen numerosas curiosidades alrededor de este edificio, como que su ascensor posee un record de velocidad ya que es capaz de transportar a 30 personas en 37 segundos desde la planta número cinco hasta la 89.
Pero además, la ciudad acoge celebraciones muy interesantes para los viajeros como el Festival de los Farolillos de Taipei. Una fiesta que coincide con el final de los festejos del Año Nuevo Chino. Durante esta época se adornan las calles con coloridos faroles y se realizan danzas folclóricas, actuaciones acrobáticas y numerosas procesiones y manifestaciones religiosas. Además, los templos suelen albergar exposiciones especiales. Por todo ello, este es un territorio de Asia perfecto para conocer la mezcla de culturas que ofrece el continente y disfrutar de un lugar con una historia que se mantiene viva en sus tradiciones.
