Fieles, como cada martes, a nuestra cita con el cine viajero, hoy os traemos un destino y una película que seguro que muchos recordáis. ¿Reconocéis cuáles son con esta pista en forma de imagen?
Nuestros viajeros cinéfilos han sido tan rápidos hoy que ni siquiera hace falta una segunda pista. Como muchos han adivinado, el destino de hoy era Tokyo, Japón, y nuestra película Lost in traslation, todo un clásico del cine independiente de los últimos años dirigida por Sofía Coppola. Concretamente esta primera imagen muestra el bar del hotel Park Hyatt en el que se desarrolla buena parte de la historia.
La película, ambientada en Tokyo, nos narra el encuentro entre un actor de mediana edad cansado de su matrimonio y la joven esposa de un fotógrafo que se aburre mortalmente mientras él está fuera trabajando. Ambos compartirán el vacío de sus vidas llegando a establecer una hermosa relación mientras la ciudad les absorbe.
La cinta tuvo un abrumador éxito de crítica, además de ser muy aclamada por el público. La inteligencia y la belleza con la que su directora nos cuenta esta historia de amor imposible, de algo que, aunque platónico, parece estar siempre a punto de ocurrir, la convirtieron en una de las sorpresas cinematográficas de 2003. Una película que mezcla drama y comedia con rotundo acierto sin renunciar en ningún momento a la ironía, pero alejándose del tono amargo en el que sería fácil caer para optar por una mirada humana que logra que el espectador comprenda el lenguaje propio que se crea entre los personajes.
Mención aparte merecen las interpretaciones magistrales de un Bill Murray en estado de gracia y de una bella Scarlett Johansson que reafirmó su potencial actoral con su interpretación en esta obra.
Por lo demás, las imágenes que Coppola nos enseña de Tokyo son auténticas postales que muestra los contrastes y el bullicio del que goza esta mega-urbe con un gusto y una belleza como no se había visto en mucho tiempo. Es casi imposible no querer trasladarse a Japón después de contemplar las preciosas imágenes que nos ofrece la directora.
Así que ya sabéis, si queréis “perderos en la traducción”, nada como un billete a Tokyo para vivir un viaje de película.
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