Aunque son fruto de la necesidad profesional, se han convertido en un paraje único y diferente. Son parajes casi urbanos surgidos del imperioso deseo de adaptarse a las condiciones del medio natural y que han creado una estampa al menos curiosa en el lago Tonlé Sap de Camboya.
Estas ciudades flotantes dependen de la pesca del lago (la mayor reserva de agua interior del sudeste asiático) para vivir. Tal es la importancia del este sector, que dos tercios de las proteínas que se consumen en el país tienen su origen en este lugar. El lago, sin embargo, está amenazado por la deforestación de los bosques húmedos cercanos que causa graves desequilibrios en el hábitat de su fauna.
Lo curioso es que estas ciudades flotantes no se ubican en un punto fijo de la geografía del lago. Dependiendo los niveles de crecimiento y de decrecimiento, los camboyanos han desarrollado una serie de tipologías flotantes que cubren la mayoría de sus servicios. Iglesias, canchas de baloncesto,….
